EL
MUNDO
18 diciembre
2022
Grasa
parda: la "grasa buena" que puede ayudarnos a perder peso
Boticaria García
La grasa es mucho más que un almacén,
tiene un papel endocrino clave en la distribución energética del resto del
organismo
El pasado 15 de diciembre se ha celebrado el Día de la
Obesidad. Este año, gracias la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición
(SEEN), hemos podido conocer cuáles son las novedades en cuanto al abordaje de
esta enfermedad que afecta al 20% de los españoles. Spoiler: las sociedades
científicas nos traen muy buenas noticias.
"Abrígate que vas a coger frío": una frase en
peligro de extinción
Esta frase que hemos oído una y mil veces podría tener los
días contados. En primer lugar, porque cuando uno se resfría no es porque haya
"cogido frío" sino más bien porque ha
"cogido virus" que son los que provocan la infección. Por mucho frío
que haya, sin bichitos infecciosos no hay catarros ni gripes. Y en segundo
lugar por el tema que del que hoy hablamos: las temperaturas
"frescas" (en torno a 19-17ºC) pueden
activar nuestro tejido adiposo marrón (o grasa parda para los amigos) y esto
podría tener efectos beneficiosos en la pérdida de peso. A mayores, no solo
sería útil para combatir la obesidad: un estudio en EEUU con cerca de 150.000
pacientes demostró que, además de proteger frente a la obesidad, los individuos
con grasa parda activa muestran protección frente a diabetes y a enfermedades
cardiovasculares.
Tejido adiposo: mucho más que un almacén de grasa
El tejido adiposo es un tejido que anda repartido por todo
el cuerpo. Durante muchos años se ha creído que su única función era almacenar
grasa. Hoy sabemos que es mucho más que un almacén. Es un órgano endocrino muy
vivo capaz de comunicarse y enviar señales que tendrán un papel clave en la
función del organismo y el estado energético.
Grasa parda, grasa blanca: el yin y el yang del tejido
adiposo
La ciencia nos ha enseñado que "grasa sí hay más que
una". Por un lado tenemos el tejido adiposo blanco, es decir, la grasa
"de toda la vida" donde se almacena en forma gotitas el exceso de
energía que proviene de la comida. En las personas que tienen obesidad la
cantidad de tejido adiposo blanco es superior y además no funciona correctamente,
liberando sustancias que son perjudiciales para la salud.
Por otro tenemos el tejido adiposo marrón o pardo que
funciona como una estufa capaz de generar calor a partir de ese exceso de
energía. En los recién nacidos está especialmente localizado en la zona de la
nuca y del esternón.
¿Podemos aumentar la cantidad de grasa parda?
Sí, aunque tradicionalmente se pensaba que la cantidad de
tejido adiposo pardo se reducía tras el nacimiento, nuevos estudios demuestran
que el tejido adiposo blanco se puede convertir en pardo. Por este motivo se ha
convertido en una nueva diana terapéutica con futuro prometedor. Investigando
cuáles son los mecanismos que transforman un tipo de grasa en otra podríamos
descubrir nuevos tratamientos para frenar la obesidad.
¿Cómo podemos "fabricar" grasa parda?
Actualmente conocemos estos tipos de estímulos que pueden
inducir la producción de tejido adiposo pardo:
·
Exposición al frío. La buena noticia es que no hace falta
salir a la calle en manga corta en pleno mes de diciembre ni viajar al polo
norte. Los cambios en la temperatura ambiental de 24ºC
a 19 y 17 ºC pueden ser suficientes para aumentar la
cantidad de grasa parda. Las altas temperaturas bloquean la actividad de este
tipo de grasa por lo que se empieza a considerar que las altas calefacciones y
la falta de actividad al aire libre podrían ser parte del ambiente obesogénico de nuestra sociedad.
·
El ejercicio físico. Sí, el ejercicio físico es bueno para
todo... ¡incluso para generar grasa parda!
·
Alimentos. En algunos estudios en animales se ha observado
que el consumo de algunos alimentos que contienen mentol, capsaicina, cúrcuma o
café podrían activar el tejido adiposo pardo. Sin embargo, se necesitan más
estudios para demostrar que esto también ocurre en humanos.
·
Fármacos. Algunos fármacos podrían tener como diana
terapéutica la activación del tejido adiposo marrón y es probable que en los
próximos años veamos algunos avances significativos al respecto.
¿Qué es el tejido beige?
Además de blanco y pardo, diversos trabajos como los
liderados por la doctora Medina-Gómez, llevados a cabo en la Universidad Rey
Juan Carlos, han demostrado que la restricción calórica durante el
envejecimiento también puede favorecer la aparición de un nuevo tejido adiposo
marrón en aquellos lugares donde existe tejido adiposo blanco: el tejido beige.
¿Quiénes son las batoquinas y a
qué dedican su tiempo libre?
Se cree que el tejido adiposo pardo libera a la sangre unas
hormonas llamadas batoquinas que podrían tener un
efecto positivo en el sistema cardiovascular. Aunque hasta ahora han sido
grandes desconocidas, son unas de las nuevas protagonistas en la pérdida de
peso. No hay duda de que nos encontramos ante un campo de investigación
prometedor sobre el que es necesario invertir en investigación.